
La raza huma


Noche silenciosa, como siempre el sonido de la jungla es el ambiente que invade nuestro poblado, pacífico, unido. Aún sigo sin comprender porque ha ocurrido esto. Hace dos días nuestro pueblo fue asaltado por un grupo de personas que lo único que querían era destruir cada casa, asesinar, secuestrar a nuestras mujeres e hijas, y capturarnos a nosotros. ¿Por qué nos estaban haciendo esto? Fuimos atados de manos y en fila, unidos, nos arrastraron durante todo el día hacia un lugar desconocido, un lugar diferente a todo lo que había visto antes. La jungla quedaba atrás, ahora el característico color verde pasaba a ser áridas zonas, zonas donde se erguían increíbles construcciones: enormes pirámides, que a causa del fuerte sol casi no se podría distinguir la cima. Habían miles de personas concentradas en aquel gran poblado, saltando, gritando, bailando, era como si estuvieran celebrando nuestra llegada, expectantes a algo que aun estaba por venir. Es entonces cuando me di cuenta de que desde la cima de la pirámide caían cosas por sus escaleras, algo rodaba a gran velocidad hacia el gran público. Cuando llegó al suelo fue cuando me di cuenta de que se trataba de la cabeza de un pobre inocente que acababa de ser asesinado, decapitado. Fuimos llevados escaleras arriba hasta llegar a la cumbre, y allí un ser despiadado, un hombre con aires de grandeza y que parecía ser el jefe del pueblo, era el encargado de quitar la vida a cada uno de los que allí estábamos. Antes de tirar el muerto por las escaleras, les arrancaba el corazón mientras aun estaban vivos y los mostraba al cielo como si de una ofrenda a un dios se tratara. Pero en realidad parecía que ese jefe se creyera el propio Dios sosteniendo en su mano los corazones de los hombres. Yo era el próximo, tumbado en una mesa de piedra bañada en sangre, iba a ser sacrificado. Pero fue entonces cuando ocurrió algo, el día se convirtió en noche. La gente gritaba de alegría y el jefe dijo que su Dios les había escuchado y que les ayudaría a sobrevivir.
Yo, con algunos supervivientes de mi pueblo, fuimos tratados como animales y jugaron con nosotros cual cazador trata a su presa. Fuimos perseguidos, golpeados, nos lanzaron flechas y piedras. Mientras huía solo podía escuchar las risas cada vez que mataban a uno de mis amigos, de mi familia. Al final, pude escapar, pude salir de aquel infierno, de aquella civilización macabra que ofrecían sangre a un Dios que los amenazaba con el apocalipsis, pero no fueron ellos mismos quienes lo provocaron destruyendo cientos de pequeñas aldeas como la nuestra y matando a cientos de personas. Ahora aquí en la playa observo cómo van llegando esos grandes botes a nuestra costa. Hay cientos de rostros pálidos en ellos. Solo espero que esa gente traiga una nueva esperanza para nuestro pueblo.
No os lo vais a creer. Acabo de encontrar algo absolutamente increíble, algo que pare ser ultra secreto o sacado de algún sitio de carácter importante. Bueno realmente no sé muy bien qué es, pero sé que es algo que no debería de tenerlo. Pero voy a empezar desde el principio. Yo trabajo en una famosa cadena de Gimnasios (de la cual no voy a decir el nombre), y el día como siempre se planteaba aburrido y monótono, pero para mi sorpresa encontré en el vestuario un CD, y como yo soy más bien de carácter curioso pues me lo guarde. Asique cuando llegué a casa decidí averiguar que contenía el disco, de modo que encendí el ordenador.
Pues bien, el CD contiene una especie de información que no llego a entender muy bien pero está llena de números, de nombres, no sé si se tratan de cuentas bancarias, de números de identificación, no lo sé. Pero de lo que estoy seguro es de que pertenece a alguien de arriba, ya me entendéis… Será de algún agente secreto, o de alguien perteneciente a la CIA, o a algún pez gordo, pero estoy convencido de que ahora mismo no debería estar viendo esta información. Como no estaba muy seguro de que hacer con esto, llame a mi amiga Linda, que también trabaja en el gimnasio. Después de meditarlo mucho decidimos que esta oportunidad no podía desaprovecharse, me refiero alguien ha debido de perder este disco, alguien lo estará buscando y seguro que pagara mucho dinero por recuperarlo. Así que hicimos un poco de detectives y hemos dado con el nombre de quien perdió el CD. No sabemos en qué trabaja ni si tiene dinero, pero vamos a hacerle chantaje para que suelte todo lo que tiene. Por eso, le hemos llamado a su casa, y después de escuchar una gran lista de insultos, maldiciones, y amenazas de que nos va a patear el culo, le hemos colgado y amenazado con que esta información podría caer en manos equivocadas, ¡en las del mejor postor! La subasta queda abierta. ¿te interesa?
¿Oz puedo contar un zecreto? Pero no ze lo digaiz a nadie eh? Ayer ze me cayó mi primer diente y miz papáz me dijeron que zi lo ponía debajo de la almohada vendría un ratoncito muy chiquitito y me traería un regalito. Dicen que ze llama Perez, y que por la noche coje loz dientez de loz niñoz y loz coje y a cambio deja alguna cozita. Azique anoche cogí mi pequeño diente y lo puze debajo de mi almohada y cerré loz ojoz para dormirme lo antez pozible, porque dicen que zi no eztáz dormido el ratoncito no viene. Azike me dormí. Pero algo ocurrió, porque por la mañana cuando me dezperté mi diente zeguía allí, debajo de mi almohada. Azique me preocupé mucho, ¿y zi le había ocurrido algo a Perez?
Baje corriendo a hablar con mi papá, pero eztaba demaziado ocupado con zu trabajo y no me hacia mucho cazo. Mi mamá no eztaba en caza azi que fui corriendo a decirzelo a mi primo, Rodri. El también ze quedó de piedra cuando ze lo dije, porque ziempre el ratoncito había ido a zu cama a por loz dientez. Loz doz noz qudamoz penzando que habría pazado para que no quiziera mi diente. A lo mejor no zabría bien la dirección… Zea lo que zea hemoz decidido ir a buzcarlo y darle el diente en perzona, a lo mejor lo necezita! Ademaz ¡yo tambien quiero mi regalo! Zi alguien tiene el paradero del ratoncito, por favor eztaría bien que me lo dijeraiz porque antez acabaría con la buzqueda! Ezpero que ezté bien porque ya ze me mueve otro diente...!
Carlitoz