Colmillos en la noche

En nuestro pueblo el dia y la noche son dos dimensiones muy lejanas. La noche no pertenece a un simple dia, sino que se convierte en la rutina durante los meses de invierno. La gente se marcha a las grandes ciudades del sur, donde alli al menos los tímidos rayos de sol pueden llegar a la tierra. Pero los hay quien nos gusta vivir en el pueblo y que hemos acabado acostumbrandonos a la oscuridad hivernal. Pero esta ves las cosas han sido terriblemente diferentes. Nunca pense que llegaran a existir, siempre habia creido que se trataban de leyendas que habían sido aprovechadas por películas y libros, nunca creí en los vampiros hasta ahora.

Vinieron sigilosos con la noche, sabiendo que tendrían 30 días para saciar su necesidad más primaria, el Hambre. Necesitaban sangre, y nosotros somos su alimento. Hemos tratado de sobrevivir dia a dia, rezando por que sus afilados colmillos no atravesaran nuestro cuello. Pero es sólo cuestión de tiempo que nos encuentren. Parece que el frio y la nieve les hace más dificil dar con nosotros, pero las opciones se agotan. Pasado mañana vuelve el amanecer, los primeros rayos de sol de la temporada, de modo que no les queda mucho tiempo. Nadie ha sabido nunca de la existencia de vampiros, tal vez porque se aseguran de que nunca hayan supervivientes. Cada hora que pasa es un paso más hacia nuestra supervivencia. Tan sólo quedamos apenas 10 personas, cada dia hemos ido perdiendo a seres queridos, amigos, familia... Aunque también hemos podido matar a alguno de esos seres sacados de los mas profundo del infierno. Solo queda esperar, escondidos, con la esperanza de volver a ver un nuevo amanecer.