jueves, 18 de diciembre de 2008


Estabas tan concentrada en tu tarea, que no te percataste como te miraba.
Como admiraba tus dedos llevando el pincel de la paleta al lienzo, dando vida al paisaje que tu mirada descubría, llenándote de satisfacción que iluminaba tu cara.
Y el reloj se había detenido, mientras el río se volvía azul, los pinos verdes en el ocre terreno, y a lo lejos, unas montañas bañadas de blanca nieve, se perdían en el horizonte de la esperanza.
Fué en ese preciso momento, que sentí la necesidad que mi cuerpo sea tu lienzo, donde tus dedos, con pinceladas de caricias, dieran color, al paisaje de mi alma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Calo'ondo ¿Pillais la gracia?...bueno intento ser original ¿y?...pero ante todo seriedad porque si la vida es bella es porque es arte,Arte,ARte,ARTe,ARTE!!!