lunes, 22 de diciembre de 2008

Era un animal enjaulado al que todos miraban en su primer día. Yo prefería bajar la mirada e ignorar el mundo. Cuando él entró incluso el aire pareció enrarecerse. Tal vez era su palidez extrema, semejante a la mía, tal vez su aura de misterio...
Su comportamiento también llamo mi atención, era solitario, astuto, escurridizo. Provocaba cierto temor a todo aquel que pasaba a su lado, era un miedo frío, mortecino. Pero a mi me bastó con que me mirara una vez para olvidarme de todo esto. Yo sabía donde me estaba metiendo, pero preferí no escuchar pese a las insistentes voces que oia en mi interior.
No tuve que investigar, no me hicieron falta libros , historias, leyendas ni cuentos antiguos. Sabía lo que era él. Ni siquiera me atrevía a nombrarlo, tampoco fue necesario, él lo confirmó por mi. Sin embargo algo era diferente en él. No dejaba de recorrerme un miedo intenso, pero algo tapaba su olor, algo era más fuete que el miedo.
No diré frases románticas e innecesarias, solo diré que fui demasiado inocente y temeraria para caer en algo que no podía controlar. A partir de ese momento todo fue muy rápido, todo fue imparable. El mundo que la sociedad había tratado de construir durante tantos años se vino abajo. Así dije adiós a mi mundo y di la bienvenida a una historia de la que no sabía nada más que podía llegar a convertirme en otra persona, en otro ser.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya tenemos bastante con las hipotecas para que ahora los vampiros vuelvan a ser de moda. Si estubiera el Sr.Chupa-chups todo esto habria cambiado.