¿Qué te han dejado los reyes? No dejo de escuchar la misma pregunta durante todo el día. Las respuestas, miles y variadas, muñecas, coches teledirigidos, juegos para la era de la videoconsola. Pero yo no soy una niña. Ojalá fuera así. A mi sus majestades solo me han dejado una marca en la cara. Un moratón que impide que vea. Obviamente no puedo culpar a personajes religiosos de mi destino, aunque con cierta inocencia esperaba que hoy fuera un día tranquilo. No pretendía regalos, besos ni amor de mi marido, solo un poco de paz.
No voy a contar mi historia, pues es la misma de muchas otras personas. Solo reflexiono acerca de las muchas sonrisas que existen hoy y que hacen que la mía quede oculta tras las lagrimas. Espero que sus regalos hayan sido de tranquilidad, familiaridad y amor. Que nunca tengan que aceptar como presente un ojo morado.
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