sábado, 25 de octubre de 2008

Vidas en el escenario

Cuatro paredes pueden dejar que acabes desconociendo toda la realidad que te rodea. Las luces se apagan a las diez y un silencio ensordecedor se instaura a tu alrededor. A las once, un leve paseo por el patio de las desdichas, donde no hay gente nueva, siempre las mismas caras, los mismos problemas…la misma vida. Cada día es igual, estas eternas 24 horas hacen que pienses en todas las cosas que has hecho a lo largo de tu vida, miras atrás y te das cuenta de los errores cometidos, de las veces en que debiste escuchar las palabras que intentaban ayudar, que anunciaban el presagio de algo que ha acabado por convertirse en realidad. La rutina de mi vida es de una monotonía aterradora, enjaulada entre finos barrotes, soy como un ángel al que le han cortado las alas. No puedo volar, no puedo escapar, solo queda imaginarme que hay una vida mejor y que algún día será mía.

Esta era mi existencia, mi propia depresión particular, pero ahora todo ha cambiado. Hace un par semanas se instauró en la cárcel un nuevo módulo en el que se imparten clases de teatro. Al principio no le di interés pero algunas de mis compañeras decidieron probar, intentar algo nuevo, algo que fuera diferente y nos diera una manera de escapar de la rutina. En realidad fueron ellas las que me convencieron de dar el paso y la verdad es que es algo que me encanta. La chica que nos imparte las clases es realmente amable, y creo que se preocupa por nosotras, nos ayuda, se interesa por nuestra vida y nos incita a que improvisemos, a que experimentemos encima de un escenario. No sé, cuando me encuentro en medio de todas ellas y me toca fingir una vida que no es la mía, realmente me emociona, me siento por un instante como si fuera una madre que ha discutido con su hijo, o la joven enamorada que tiene dificultades para vivir su gran historia de amor. Me evado de la realidad, me imagino mundos mejores, y eso la verdad me hace ser un poco más feliz.

Ahora estamos preparando una pequeña obra de teatro en la que yo soy la protagonista, ¿os lo podéis creer? ¡Yo! Estoy entusiasmada con el proyecto, y aunque solo sean unas horas a la semana realmente ha cambiado la manera de vivir aquí. Aunque sea una realidad imaginada, es como si de verdad la estuvieras viviendo mientras actúas. En unos meses podremos hacer la función, en el patio de esta cárcel, que por muchos años se ha convertido en el único lugar de mi vida.

Anónimo

1 comentario:

Unknown dijo...

Felicidades por la inauguración de vuestro blog! Un gran sitio donde los cinéfilos como vosotros se podrán enterar de una forma más original de los estrenos de cartelera. Además me ha encantado esta entrada, casi hace que se me salte la lagrimita...Aunque en verdad no pensaba ver “el patio de mi cárcel” porque parecia como demasiado evidente el argumento sobre la vida de una chica en la cárcel pero al ver que también aparece la historia de teatro le da bastante interés…creo que la veré…